En el mundo del asesoramiento fiscal, el mes de noviembre ha sido históricamente un mes de “poco” trabajo o durante el cual aprovechamos desempolvar ciertos expedientes y cerrarlos. Esto se debe principalmente a que, en este mes, no existen excesivos plazos de presentación, lo que nos concede cierto margen para la “creatividad”.
Desde los inicios de nuestra firma, siempre hemos realizado pre-cierres contables y fiscales en el mes de noviembre por varios motivos:
- Es necesario anticipar posibles resultados elevados en el Impuesto Sobre Sociedades, evitando así problemas de liquidez.
- Por norma general, las sociedades cierran su ejercicio fiscal a 31 de Diciembre, por lo que realizar un cierre en noviembre y reunirse con el cliente, es una acción muy valorada, pues otorga la posibilidad de adoptar medidas antes del cierre que ayuden a reducir la carga impositiva : reparto de bonus, inversiones… etc.
- Asesoramiento proactivo: este concepto es siempre un valor añadido. Con la era de la digitalización, nuestro rol se ha ido desprendiendo de la etiqueta de contables para dar más cabida a la de asesores. Por tanto, nuestro trabajo es asesorar al cliente y esto no se consigue sin proactividad. En nuestra experiencia, los clientes valoran de manera considerable recibir noticias sobre el rendimiento de sus sociedades antes de que sea demasiado tarde.
Por estos motivos resulta necesario y aconsejable anticipar los cierres del ejercicio al mes de noviembre, dando flexibilidad a todos los clientes para tomar decisiones empresariales.
Esperamos que esta información haya sido de su interés. Quedamos a su disposición para cualquier consulta.
Pablo Mallo.